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10 de julio 2014
UN POCO DE HISTORIA
¿Qué pasó el 9 de julio de 1816?
Escribe: Jesica Bond
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La historia de Latinoamérica se caracteriza muchas veces por sucesos que son muy propios de la cultura de esta región; aunque muchas de estas naciones lamentablemente se vieron plagadas de gobiernos militares, golpes de estado, corrupción de todo tipo, etc., todavía podemos encontrar acciones que han inspirado a más de un artista o pensador. Argentina se caracteriza por tener próceres muy reconocidos a nivel mundial, entre ellos el creador de su bandera, Manuel Belgrano; el libertador máximo de la región latina, José de San Martín y uno de los presidentes más carismáticos de la historia, Juan Domingo Perón.

Será tanta la riqueza de nuestra historia que a pesar del tiempo pasado aún se filman películas a nivel nacional e internacional sobre hechos que acontecieron en nuestro país. Obras de teatro y musicales. Y es que el carisma de nuestros líderes sobrepasa fronteras. Pero no siempre fuimos una Nación autónoma y libre. Hace doscientos años, jóvenes años, recién podíamos mencionarnos como país libre, suelto de las cadenas españolas. Sin duda el suceso más importante de Argentina tuvo lugar el 9 de julio de 1816, cuando se declaró la independencia de la misma, un proceso que venía gestándose desde mayo de 1810. A no confundir el 25 de mayo (Revolución de mayo, lugar central: Cabildo) con el 9 de julio (Casa de Tucumán).
Para conocer la importancia de lo acontecido el 9 de julio de 1816 es necesario relatar todos los sucesos que conllevaron a la Declaración de la Independencia de la República Argentina, la cual a partir de esta fecha no dependería más de las directivas del gobierno español. A pesar, de que este proceso ya había comenzado en 1810, se tuvieron que esperar seis años más para que este país sea totalmente libre. Desde 1810 a 1816 se habían sucedido distintas formas de gobierno; el que presidía Alvear se encontraba lleno de opositores, lo que llevó a su renuncia, pero la necesidad de organizar el país prevalecía, por ende se reunió a otro Congreso. Para esto se convocó a las provincias a que se separaran y que enviaran a sus delegados para establecer el encuentro en Tucumán. Se eligió esta región debido a que las provincias no simpatizaban con los "porteños" y alegaban que la influencia de la hoy capital del país siempre prevalecía sobre las demás, de esta forma, estableciendo la reunión en Tucumán, se evitaba la irritación del resto de las regiones.
El 9 de julio de 1816 se leyó la propuesta de independencia presentada por la Comisión, no se votó, ni se discutió ya que todos los presentes aclamaron con gran devoción la idea que leyó el Secretario Juan José Paso.
El 9 de julio de 1816 todos concordaron que deseaban que las provincias unidas fuesen una nación libre e independiente de la corona española; cuando la excitación fue menor, se procedió a confirmar de forma individual el voto, e inmediatamente se escribió el Acta que alberga la Declaración de la Independencia. Los criollos eran por fin libres y capaces de generar su propia historia en su propia patria; de todas maneras esta independencia no indicada una libertad total del Rey y su metrópoli, sobre todo cuando se dependía de otras potencias como Portugal e Inglaterra, por esto, uno de los congresistas, llamado Medrano, propuso 10 días más tarde incluir un agregado que decía "libre e independiente del Rey Fernando VII, su metrópolis y sucesores, y toda otra dominación extranjera.."

¿De quién era la Casa de Tucumán?
Esa casita que figura actualmente en las monedas de 50 centavos, tuvo su importancia el 9 de julio de 1816; Francisca Bazán de Laguna era su dueña, fue ella quien la cedió voluntariamente para que allí se estableciera el Congreso que debía reunirse en la región. La casa está ubicada hoy en Constitución 151, antes conocida como calle del Rey; su fachada ha cambiado, en especial sus columnas tan características; la misma se había construido a fines del siglo XVIII, tenía un solo piso y los cuartos limitaban con un patio central. Cuando el Congreso pasó a Buenos Aires, el edificio retornó a sus antiguos dueños; en 1869 el Gobierno la compró para destinarla como oficina de correos modificando su parte interna y recién el 12 de agosto de 1941 fue declarada Monumento Histórico Nacional.