Sebastián Leal es músico y productor, tenía su escuela de música en otra zona de Caballito hasta que ese lugar le quedó chico y empezó a buscar un nuevo espacio. Encontró esta hermosa casa antigua con un vitreaux, que le da identidad al lugar, y los pisos originales intactos, tras siete meses de trabajo abrió este espacio cultural para que vecinas y vecinos lo hagan parte de sus vidas.
¿Cuándo abrió Neville?
Soy músico y artista, tengo una escuela de música hace casi 20 años, arranqué en el 2006. Encontré esta casa, hicimos una recontra renovación, tiramos una pared para hacer el escenario, construimos arriba una sala de baile, la sala de ensayo, hicimos el techo, el patio, todo. La obra duró de marzo a octubre de 2023. El 8 de octubre inauguramos.
¿Por qué decidiste abrir un centro cultural?
Pensaba, antes de poner este lugar, que si no estás bien psicológicamente, si no estás bien emocionalmente, no importa lo que hagas, no importa lo que tengas, nada te garantiza la salud mental, y todo lo que tiene que ver con sentirnos bien. Entonces, si no te conectás con los otros, si solamente te dedicás a producir dinero, en algún momento vas a colapsar.
A nosotros nos lleva mucha intensidad, mucho tiempo sostener un lugar así. Mi intención era tener un lugar en donde pasen un montón de cosas, en donde la gente se encuentre, que un poco sea una especie de club, un lugar social, en donde la gente haga arte y se reconozca haciendo algo.
Tengo muy buenos alumnos, con mucho talento. Acá hay expuestos unos cuadros de María Luisa San Miguel, una señora que tiene 97 años, y sigue pintando. Yo la amo, hizo también una presentación de un libro de ella. La idea es mostrar, no importa la edad que tengas.
Uno no nace sabiendo y se cree que si una disciplina no se aprende de chico no se puede hacer nada, ese es un juicio en el aprendizaje medio negativo porque siempre estamos, "No, no me sale”. Ese punto entre lo que sucede, el aprendizaje, tiene que tener una idea de por qué lo sostenemos, dónde está el deseo de por qué lo queremos hacer, con qué dificultades nos podemos encontrar, no enojarte porque te equivocaste, entender por qué lo sostenés, cómo ese deseo te ayuda a sostener y a recorrer lo que vos querés hacer y también a sentirte bien por lo que lográs, por lo que conseguís, es algo que te gratifica y que tiene que ver un poco con otras cosas que se salen de lo que es conseguir dinero.
¿Cuál es tu idea para relacionarte con la comunidad del barrio?
En todas las propuestas que tiene el centro cultural queremos acercar a la gente, a la comunidad, porque vivimos todos de todos, es muy sutil. Todo ese juego que se desarrolla, que es el de la vida, está predispuesto con canales y con personas que cumplen sus roles y el nuestro tiene que ver con acercar un espacio para que las personas encuentren un momento de alegría, de compartir, de desarrollo, de perfeccionamiento, de satisfacción, de orgullo.
La función que para mí tiene Neville, de “che, animate a hacer lo que querés”. Y de cómo nosotros enaltecemos a los artistas, para mí siempre fue la idea de que te ayuden a pensar y a reflexionar.
Quiero que la persona venga y pase un buen momento y esto crezca, que se comente: “che, mirá, la verdad que la pasé bien, quiero volver, quiero hacer algo”. Creo que al barrio le viene bien.
Para mi eso también es muy de los argentinos o de los porteños, yo tengo dos o tres lugares en donde sé que acá me voy a tomar el café que me gusta, allá la pizza, vas a buscar tal medialuna, es como que uno se apropia de los espacios, eso es lo que te da identidad, eso es lo que vos sos.
¿Cómo es la relación que se da entre la escuela de música y el centro cultural?
Hay una cuestión del atendido por sus dueños que yo intento que el equipo que trabaja acá lo tenga. Me pasa con la escuela de músicaque es algo recreativo, tiene 19 años y mucho recorrido, hemos hecho muchas cosas, la gente vuelve por algunos profes y vuelve por el trato conmigo. He tenido gente 15 años estudiando por puro placer.
Pasa por ahí, mantener el mismo nivel de entrega desde el centro cultural con todo lo que se pueda, también con la situación en la que se vive hoy por hoy, que hay gente que realmente le está costando vivir, por más que yo siempre trato de mantener el optimismo, porque si no te voltea la voluntad. Tenemos que encontrar la manera, la forma de asociarnos con los demás.
Viene por ahí, para mí Neville tiene que ver con eso y es una prolongación de lo que ha sido la música para mi vida.
¿Qué actividades hay en Neville?
Hay una biblioteca, es un emprendimiento que se llama “Libros en Dupla” de un grupo de mujeres que con libros donados los venden muy baratos, son todos usados, lo que recaudan ayudan a comedores. Son amigas mías hace muchos años y me pareció que tenían que tener un lugar acá y a ellas también les pareció una buena idea. Es como otra forma de acercar un poco la cultura.
Tenemos taller de lectura, hay gente que ha escrito libros y que los presentaron acá. Ahora en el segundo cuatrimestre, en agosto, va a empezar un taller de teatro para adultos los sábados a la tarde.
Hay un taller de payamédicos que terminó el primer trimestre y va a haber uno en el segundo trimestre, a partir del 7 de agosto. También hay baile, una profe que da ritmos, otra profe que da belly dance que son danzas árabes, otra profe que da yoga.
Tenemos teatro musical para chicos. Una profe ya hizo dos ensambles de comedia musical, los lunes y jueves. Danzas urbanas para adolescentes, no hay chicos, son todas mujeres.
Hay sala de ensayo, hay bandas que nos la alquilan, hay ensambles, hay gente que ha venido a tocar con la familia. Es tan lindo, tan copado lo que me viene pasando desde la escuela de música que se repite con el centro cultural, vienen familias a tocar. Esto es muy familiar, la gente viene a compartir, yo quiero que se hagan amigos, para mi el arte tiene que ver con eso.
Lo que pasó con esta cuestión de las redes sociales, es que han generado un vínculo irreal que ha dejado una crisis de identidad o de conexión, porque hay mucha gente sola. También tuvo que ver la pandemia, a la gente le cuesta salir, relacionarse.
La música te atraviesa de un montón de formas y es muy lindo ver cómo se desarrolla. Encontré esta casa y tuve la suerte, entre mis ideas, de mezclar un poco las artes y poder disfrutar de cada uno de nosotros. Creo, es algo que trato de transmitir, que hay cosas que las instituciones te enseñan, que te forman, que están buenísimas, que son geniales y hay otras que las tenés que aprender en la calle, tenés que aprenderlas con los demás.
Quiero seguir asombrándome de lo que hace el otro, sino no tiene sentido, el sentido de la vida se reduce mucho, es muy aburrido, es muy pobre. El juntarse es muy lindo.
¿Para vacaciones de invierno que propuestas tienen?
Hay una propuesta de teatro que da una profe, va a ser dos veces por semana, martes y jueves, las dos semanas. Va a haber talleres de cerámica tipo workshop para adultos y para pequeños. Un show de un musimago que ya ha venido a hacer otras fechas acá, él desarrolla sus canciones y hace magia para chicos, es buenísimo. Y después siguen los talleres de todo el año, siguen funcionando.
Como hay mucha propuesta no quisimos focalizarnos en que sea todos los días, sino como entiendo, y a la vez por una cuestión de dinero, la gente elige a dónde llevar a los chicos y hay varias propuestas, nuestra idea fue generar situaciones específicas en los cuales tal vez no podés venir a todos, podés venir a uno, a dos o las que quieras.
¿Por qué se llama Neville el espacio?
La escuela de música se llama Escuela de Música El Puente, yo le iba a poner Centro Cultural El Puente, pero había una cuestión legal con el nombre, cuando quise ir a registrarlo había una contraposición de otras marcas que no tienen que ver con la actividad como los lácteos, hay un montón, todo el mundo le pone El Puente.
Conocí a un metafísico que se llama Neville Goddard, que me cambió mucho la manera de pensar y de ver la vida, de cómo focaliza, me parece que está buenísimo lo que él plantea, yo lo recomiendo, a mí me ayudó mucho a arriesgarme, porque yo estaba en un lugar más chico y este lugar es mucho más grande, a tomar decisiones, a romper un poco mi estructura y poder crecer. Así que tiene que ver con eso. Y un amigo me dice: “a vos que te gusta Neville, por qué no le ponés Neville?” y dije: “sí, me encantó”. No fue idea mía, fue de mi amigo. Ahí registré la marca, hice todo y funcionó bárbaro.
¿Tenés algún proyecto o sueño pendiente que quieras realizar?
Sigo haciendo canciones mías. Estuve un tiempito parado porque esto fue muy grande en cuanto energía y tiempo, pero sigo haciendo mis canciones, sigo produciendo, produciendo para otros. En este momento estoy rearmando un poco mi banda.
Vamos a hacer un ciclo de entrevistas a gente de bandas tocando, no solo de bandas, sino otras profesiones y cómo lo llevás al arte o cuál es tu experiencia o cómo acompañarías desde esta visión el desarrollo de un deportista, el desarrollo de un artista. Una de las chicas que es la encargada, Marina, hace patín sobre hielo, se ha ido de gira a Chile, volvió el año pasado. Quiero hacer un desarrollo de contenido para la gente.
Está Alfredo, un guitarrista que tocó con Troilo, tiene 87 años, la vez pasada que hice un show tocó conmigo, tuve la suerte de que él me acompañara, un tipo recontra capacitado del tango, muy genio, con mucha experiencia. Nada, que la gente conozca. Quiero mostrar mucho de eso. Así que vamos a abrir un ciclo de entrevistas a través de Instagram y de YouTube.
Y seguir llegando. Hay gente muy conocida que por suerte han pasado por el espacio. Y un poco de que las personas se encuentren con sus ídolos sin que estén tan lejos, que se encuentren y que también sus ídolos pueden ser sus vecinos.
Y hacer crecer un poco más este espacio, todo lo que se pueda. Romper un poco con esto, desde lo que cada uno puede hacer, de la crisis y ver cómo las personas se puedan animar a pasar un lindo momento y a compartir. Es todo, no hay otra cosa.
Contacto:
Paysandú 1479
IG @neville.caballito