16 de octubre 2023
HACIENDO HISTORIA
Raúl Sanzotti: Amor por Argentinos
Escribe: Norberto A. Muño / Tomás González Messina
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Raúl Celis Sanzotti nació en la ciudad cordobesa de Inriville en 1975. Hijo del arquero Raúl Celis, siguió sus pasos beneficiado por su extraordinario porte: con 13 años de edad, ya superaba los 180 centímetros de estatura. Por entonces se probó en Argentinos y encontró su lugar en el mundo. Recuerda su primer contacto con el Bicho con claridad. Fue una prueba en el estadio de Lamadrid bajo las miradas de Oscar Refojos y Ramón Maddoni. Como se lució, se decantaron por incorporarlo.

Su paso por las inferiores fue un éxito: en su primer año fue campeón en la novena de la mano de Carlos Balcaza. De inmediato, fue cobijado por el insigne José Pekerman. Bajo la batuta del entrerriano (al que recuerda como figura clave en su formación junto a los citados Balcaza y Refojos) fue campeón de un certamen disputado en Italia con la sexta y consiguió la convocatoria al seleccionado sub-17. Allí, fue titular en el mundial de la categoría de 1991. Su experiencia en los seleccionados juveniles terminaría con la participación en el prestigioso torneo “Esperanzas de Toulon”.

Debutó en primera a los 21 años en un duelo ante Racing en la Supercopa 1996, en el que le contuvo un penal a Rubén Capria en tiempo de descuento. En 2002 ya estaba consolidado como titular. El 10 de marzo de ese año, en un partido ante Estudiantes en 1 y 57, estableció una marca todavía no igualada: se convirtió en el único arquero en convertir un gol en la historia de Argentinos. A los 15’, el árbitro Ángel Sánchez señaló penal para la visita. El designado era Carlos Cordone, pero había sido desplazado del equipo titular en ese encuentro. Sanzotti era el segundo en esa lista y su responsabilidad fue confirmada en ese momento por el entrenador. El cordobés enfrentó a Nicolás Tauber y cambió el penal por gol, sufriendo una inoportuna lesión muscular en el preciso momento de ejecutar el disparo. Así y todo, permaneció en cancha otros 45’.

Prosiguió con su carrera en varios clubes de Argentina y Chile. Durante su estadía en Defensores de Belgrano (entre 2008 y 2010) realizó el curso de director técnico. En 2012 volvió a Argentinos de la mano de Adrián Domenech y se hizo cargo de la séptima división. Pasó dos temporadas allí para luego dirigir a la sexta y dar el salto a reserva después de un año. En 2016 se puso al comando de la primera de manera interina en medio de una situación crítica, con el equipo casi condenado al descenso y sin entrenadores que quisieran hacerse cargo. A pesar de estar a minutos de lograr la salvación, no pudo evitar el mal trago de perder la categoría.

Debido a su indiscutible buen trabajo, volvió a tomar las riendas de la reserva, de la que se mantuvo a cargo hasta 2018. Fue entonces cuando nuevamente asumió un breve interinato en la primera. Luego de esto, se le abrió otra etapa profesional cuando comenzó a trabajar como director deportivo en Argentinos Juniors. De la misma forma en que lo demostró como arquero, como técnico y como formador en inferiores, hace gala de un absoluto perfil bajo y de un apego al trabajo tan grande como su amor por el club. Hoy, Sanzotti se enorgullece de vivir años de crecimiento constante luego de haber sido formado en condiciones mucho más austeras en las que la capacidad de los formadores no se traducía en abundancia de recursos materiales. Desde su lugar participó del proceso de desarrollo del predio de Bajo Flores. Si bien fue una iniciativa de la actual comisión directiva, pudo aportar valiosos consejos como entrenador y exfutbolista. Ver que estos se materializaron en beneficio de los jugadores que hoy se forman y entrenan allí es una de sus grandes satisfacciones en esta etapa de su carrera.